Los emoticonos, un autorretrato esquemático del estado de ánimo formado con unos pocos símbolos, aportan sentimientos y humanidad a la fría comunicación digital. Este mes se cumple un cuarto de siglo del nacimiento de esta peculiar forma de paralenguaje.
Languidecía el verano de 1982 cuando alguien mandó un mensaje al principal foro electrónico de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos: "Hay una vela colgando de la pared de un ascensor y, en el suelo, un poco de mercurio. Se rompe el cable del ascensor y cae al vacío. ¿Qué pasará con la vela y el mercurio?".
Profesores, científicos y estudiantes participaban asiduamente en este foro interno de la universidad. No era raro ver allí mensajes oficiales o peticiones de ayuda para una investigación, mezclados con otros más distendidos. Así que algunos se tomaron la pregunta en serio.
Un bromista rizó el rizo asegurando que, a causa de haberse realizado este experimento en la universidad, uno de los ascensores estaba contaminado con mercurio. Antes de que cundiese el pánico, alguien desmintió la broma y resolvió el enigma, de solución muy simple: al caer el ascensor, la presión apaga la vela y el mercurio toma una forma elíptica. Nada más.
Pero, lejos de calmarse los ánimos, creció la polémica en el foro, ya que no era la primera vez que un mensaje humorístico confundía a la gente y provocaba discusiones y quejas. Así nació la necesidad de distinguir las bromas de los temas serios.
En dos días se propusieron multitud de ideas: poner un asterisco (*) en el asunto del mensaje; el signo {#}, que recuerda a una boca enseñando los dientes; _/, por su similitud con una sonrisa ¿?. Hasta que el 19 de septiembre, Scott E. Fahlman, investigador en inteligencia artificial, mandó un mensaje: "Propongo la siguiente secuencia de caracteres para marcar las bromas: :-) .
Hay que leerlo de lado. De hecho, sería más económico marcar las cosas que NO son broma, viendo la tendencia actual en este foro. Para ello, usar :-( ".
La idea de Fahlman gustó y a los pocos meses se había extendido por el entonces reducido ciberespacio. Pronto hubo entusiastas que idearon nuevas expresiones, como :- para mostrar seriedad o el guiño ;-) para indicar complicidad. Había nacido una peculiar forma de paralenguaje que, con unos pocos caracteres del teclado, dotaba de emociones a las comunicaciones electrónicas textuales. El emoticono, este autorretrato esquemático de los estados de ánimo, asumía de una forma primaria pero efectiva el papel que tiene el lenguaje corporal en el mundo físico.
Fahlman lo bautizó como "cara sonriente" (en inglés, smiley face). Once años después, David Sanderson, autor del libro Smileys, ideaba el neologismo "emoticono", contracción de emoción (en inglés, emotion) e icono. Sanderson recopiló 650 en su libro. Hoy hay más de 2.000 documentados. Incluso Bill Clinton tiene uno: =:o].
En Asia oriental es más popular otra versión, inspirada en el anime. Se los llama emoticonos japoneses o kaoani, y no se leen ladeando la cabeza, sino de frente. Un ejemplo sería: *_*, donde los asteriscos hacen las veces de ojos y la línea horizontal es la boca. Su uso en Occidente es anecdótico.
Sencillos a la par que útiles, los emoticonos se han adaptado a las nuevas plataformas. De los foros saltaron al correo electrónico y los chats. Y de éstos, a la mensajería instantánea, que les dio una nueva dimensión al convertirlos en iconos gráficos, algunos animados. Según una reciente encuesta de Yahoo!, el 82% de internautas los usa en sus comunicaciones electrónicas. En Estados Unidos hay 24 patentes relacionadas con emoticonos, como la frase de Claire's Boutiques Inc: "Servicio con una :-)". Pero Fahlman, que ahora trabaja en IBM, no cobró nunca por la idea: "Es mi pequeño regalo al mundo", explica.
En una entrevista con Yahoo!, Fahlman relata: "Cuando caía la Unión Soviética y había mucho miedo, vi mensajes de gente que estaba en Moscú y escribía a sus amigos de Occidente. Usaban caras sonrientes para tranquilizarlos. Ha sido una de las pocas veces en que me he sentido orgulloso de haber ayudado a crear esto".
Fahlman bromea sobre la repercusión: "En mi familia hay empresarios de éxito y yo soy la oveja negra porque me dedico a algo tan poco práctico como la inteligencia artificial. Imaginen su sorpresa cuando fui el primero del clan que apareció en la portada de Wall Street Journal, por algo tan tonto y que creé en cinco minutos".
1 comentario:
Hola Nautrus felicitaciones por tu blog, entre buscando algo del conde Patula y me quede leyendo tus otros post uno mas interesante que el otro.
Te voy a linkear a mi blog para pasar a verte y disfrutarte.
Me encanto!! aprendi montones de cosas y en cualquier momento linkeo algun post a los tuyos. Gracias por el trabajo que haces de divulgacion de conocimientos. Un besote desde Buenos Aires, Argentina.
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