lunes, 17 de septiembre de 2007

DRÁCULA

Se ha creado un culto entorno al famoso conde de Bram Stoker. Aparentemente se ha sabido que este se inspiró en un principe rumano llamado Vlad Tepes, conocido com el empalador.

Vlad Tepes de Valaquia nació en Sighisoara en 1428. Fue un comandante del ejército rumano que combatió ferozmente contra los turcos. Este hombre llego a ser muy temido y hasta glorificado por el apodo de Drăculea que significa hijo de dragón (Dracul) en rumano. Esto se debe a que heredó el titulo de caballero de la orden de Dragón igual que su padre Vlad I de Valaquia.Tepes tenia dos hermanos, Radu y Mircea, que han sido eclipsados por su fama.Vlad I tuvo que luchar contra los turcos con quien finalmente acordó un tratado de paz que exigia a sus dos hijos como garantia. Uno de ellos fue Vlad Tepes. Una nueva victória en Hungría sobre los turcos hizo que Vlad I se pasase al lado de los húngaros a causa de la delicada situación de sus territorios. El general Hunyadi de Hungría desconfiaba de las intenciones de Valaquia por no involucrarse de lleno en el avance contra los turcos y atacó la región matando a Vlad I y su hijo Mircea. Vlad Draculea debía acceder al trono por heréncia pero le surgió un rival, Vladislau II. Draculea pidió ayuda al sultán Murat II que decidió ayudarlo tras una guerra que involucro Turcos y húngaros. Consiguió el trono pero inmediatamente fue expulsado por su rival. Viajo al servicio de los turcos buscando apoyo para reconquistar el poder, fue cuando adquirió la visión política de que para gobernar debía reinar por el terror del pueblo y no por el amor. Vlad consiguió derrotar a Vladislau II, a quien hizo ejecutar. Se convirtió entonces en cruel y sanguinario destacando por torturar a sus víctimas. Su especialidad era la pena capital de empalamiento que consiste en dejar morir a una persona clavada en un palo introducido por el recto y empujado hasta sacarlo por la espalda. Vlad fue capaz de comer frente a miles de cuerpos empalados y disfrutar del sangriento espectaculo.

Cierta vez en que sus rivales políticos enviaban una embajada para convencerlo de firmar un tratado, Vlad los recibía con cortesia, pero a la mañana siguiente, los enviados descubrian tantos palos clavados por su ventana como miembros de la comitiva eran. Esto provocaba que los enviados se guardaran sus propuestas y se marcharan. Algunos actos terroríficos cometidos por Drácula lo muestran por ejemplo cuando preguntó a unos pobres que podia hacer por ellos. Estos, confiados le pidieron si podian ser relevados de sus tareas. Dracula los llevo a un salón, les dió de comer y luego prendió fuego al lugar con ellos dentro diciendo "Bien, ahora no tendrán que quejarse mas por hacer sus tareas". Una de las anecdotas mas famosas es la que protagoniza un monje que al pasar por el cerco de empalados se llevo la mano a la nariz. Vlad bromeó preguntandole si tenia un resfriado y el monje le contesto que era por el insoportable olor. Vlad lo mando empalar, pero en un palo mas alto para que no tuviera que soportar el desagradable hedor.

El sultán Mehmed avanzó sobre Valaquia con un ejército de 100.000 hombres y con el hermano de Vlad, Radu, para que le sucediera en el trono. Mientras Vlad contaba con un ejército de 20.000 hombres que casi consigue derrotar a los turcos que caían rapidamente por el hambre. A la larga Mehmed consiguió su objetivo de colocar a Radu en el trono y Vlad permaneció herrando por el lugar con lo que le quedaba de ejército. Finalmente fue atrapado por sus aliados, acusado de alta traición dejando claro su doble juego político. Fue hecho prisionero y mantenido en cautiverio en Hungría durante los siguientes doce años. En 1475 fue liberado. Radu ya había muerto y el nuevo gobernante no favorecia a los cristianos, asi que con ayuda de los húngaros lucho y consiguió de nuevo gobernar en Valaquia. Mehemed quería verlo muerto. Al año siguiente un grupo de turcos consiguió traspasar la barrera del ejército de Vlad y le dieron muerte por decapitación. Fue enterrado en un convento de Snagov. Su tumba fue descubierta en 1931. Pero no se encontró ni su casco ni su cabeza.

Drácula (Bladis Laus Dragulia), protagonista de la novela homónima del irlandés Bram Stoker, de finales del siglo XIX, dio lugar a una larga lista de versiones de cine, cómics y teatro. Drácula es el más famoso de los vampiros. Se dice que Stoker fue asesorado por un erudito sobre temas orientales, el húngaro Hermann (Arminius) Vambéry que se reunió algunas veces con el escritor para comentarle las peripecias del verdadero Drácula.

Bram Stoker encontró una breve referencia al Voivoda Drácula en un libro sobre Valaquia y Moldavia, en el que su autor decía en un pie de página: "Drácula, en la lengua nativa de Valaquia, significa demonio". Este nombre sonoro gustó a Stoker, que había llamado originalmente a su vampiro Conde Vampyr. Decidió entonces llamarlo Conde Drácula.

Para hallar el verdadero Drácula histórico, debemos remitirnos a los antecedentes literarios de la novela de Stoker: En los textos de Polidori, Nadier, Hoffman, Coleridge, Le Fanu, Gautier y otros, veremos cómo el personaje del vampiro clásico se va desarrollando poco a poco hasta convertirse en el que todos conocemos con el nombre de Drácula.

Se sabe actualmente que Bram Stoker se basó en la condesa Erzsébet Báthory (1560-1614), gran bebedora de sangre, y en ésta misma realizaba sus baños creyendo que le devolvería la juventud. Vivía en Transilvania.

La novela, publicada en mayo de 1897 (Westminster, Archibald Constable and Company), despliega erudición sobre vampirismo. El vampiro ha logrado conquistar la muerte, más que la inmortalidad, puesto que está condenado a vivir casi como un espectro. El término vampiro es eslavo, proviene del serbio "vampir" y del ruso "upir". No existe en rumano una palabra para designar al vampiro. Algunos traducen el término rumano "strogoi" como vampiro, pero este vocablo se refiere a una bruja o espectro, no a un vampiro. Algunos dicen que "nosferatu" es la palabra rumana para vampiro, pero en realidad proviene del griego "nosophoro", que significa "portador del mal". La verdad es que los vampiros ni siquiera provienen de Transilvania, vienen principalmente de Hungría, Serbia, Moldavia y los países eslavos.

El vampiro es conocido "en todos los lugares en que ha existido el hombre", le hace decir Stoker a su personaje, el doctor Van Helsing, médico experto en "enfermedades oscuras". "Ha seguido el rastro del berserker islandés, del huno, engendrado por el diablo; del eslavo, el sajón, el magiar"

En las primeras páginas de su novela, Stoker insinúa la seducción horrorosa del vampiro. En un castillo decadente, rodeado de un paisaje invernal y solitario, un hombre cultivado, aristocrático y atemorizante acaba de franquear la entrada a un joven inglés con la frase clave: "Entre usted libremente y por su propia voluntad". El conde Drácula no refleja su imagen en los espejos; y es que la superstición decía que el vampiro había perdido su alma (las antiguas culturas relacionan la imagen reflejada con el espíritu). Drácula es peligroso, repugnante y veladamente sensual.

Pronto se verá que convive con espectros. Pero estos espectros son voluptuosas figuras femeninas. Esta imagen del vampiro no es un invento de Stoker, se había desarrollado ampliamente con anterioridad, desde la publicación del relato El Vampiro de Polidori en 1816, hasta la publicación de La buena Lady Ducayne en 1896, un año antes de la publicación de Drácula. El vampiro había tomado varios nombres, Lord Ruthven, Lord Seymour, Sir Francis Varney, y había tenido mucho éxito en toda Europa en espectáculos de circo, obras de teatro, melodramas, óperas, novelas, cuentos y folletines.

Mediante diarios personales de los principales personajes y cartas que éstos se intercambian, Stoker desarrolla una historia en la que se revela la desmesurada ambición de poder de Drácula, quien se traslada a Londres y mueve ejércitos de ratas, niebla, lobos, murciélagos y tormentas para lograr su objetivo.

Stoker conocía los detalles de la superstición y refiere los poderes del vampiro (capacidad de alterar el clima, de lograr obediencia de seres repulsivos, como las ratas, moscas, arañas y los murciélagos, pero también de los lobos y los zorros), fuerza sobrehumana, posibilidad de convertirse en animal o niebla. El vampiro huye de la luz diurna, que lo debilita pero no lo destruye, puede moverse en el mediodía durante un escaso período de tiempo (el conde Drácula en la novela aparece a plena luz del día buscando a Mina Harker); duerme sobre tierra traída de su lugar natal, en el interior de un ataúd; bebe sangre humana (su único alimento) y convierte en vampiros a las personas a las que asesta su mordedura fatídica. Se lo puede mantener a raya con crucifijos, ristras de ajo, hostias y agua bendita, pero para que muera realmente se debe clavar una estaca en su corazón o decapitarlo.

El Drácula de Stoker tiene todos los elementos de los vampiros que lo precedieron, más algunas características tomadas del hombre lobo, cuya historia había sido publicada poco antes.

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