martes, 23 de septiembre de 2008

YO TUVE LA MADRE MÁS MALA


Yo tuve la madre más mala de todo el mundo.

Mientras otros chicos comían golosinas en el desayuno, yo tenía que comer cereales, leche y pan tostado.

Cuando otros tenían refrescos y golosinas para el almuerzo, yo tenía que tomar sopa.

Como ya habrán adivinado, mi cena también era diferente a la de otros chicos.

Por lo menos yo no estaba sola en mis sufrimientos... mi hermana y mis dos hermanos tenían la misma madre mala que yo. Mi madre insistía en saber en todo momento donde estábamos nosotros... cualquiera pensaría que estábamos en una pandilla de cadeneros.

Ella tenía que saber quiénes eran nuestros amigos y lo que estábamos haciendo.

Insistía en que si decíamos que íbamos a estar ausentes por una hora, lo estuviéramos por una hora o menos, no una hora y un minuto.

Casi tengo vergüenza de admitirlo, pero hasta nos castigaba, no una vez, sino cada vez que hacíamos lo que nos daba la gana. ¿Pueden imaginarse a alguien reprender a un niño sólo porque desobedeció?... ¿Ahora, pueden comenzar a entender cuán mala realmente era?... ¡Todavía falta lo peor!... teníamos que ir a la cama a las nueve todas las noches y estar levantados temprano a la mañana siguiente... no podíamos dormir hasta medio día como nuestros amigos... así, mientras ellos dormían, ella hasta tenía el coraje de quebrantar las leyes laborales de los niños. ¡Nos hacía trabajar! Teníamos que lava platos, tender las camas, aprender a cocinar, y toda clase de cosas crueles... yo creo que ella pasaba las noches despierta pensando en cosas malas para hacernos. Siempre insistía en que dijéramos la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad, aun cuando nos matara, lo cual casi lograba.

Para cuando llegamos a la adolescencia, ella era mucho más sabia, y nuestra vida casi se torno insoportable... nada de que llegase un auto a la puerta sonando una bocinas para que nosotros saliéramos corriendo. Nos humillaba hasta el infinito haciendo que nuestros amigos, y con quienes teníamos cita, llegaran hasta la puerta a buscarnos... olvide mencionar que, mientras mis amigas ya tenían citas a la (madura) edad de doce o trece años mi anticuada madre rehusaba que yo las tuviera hasta los quince o dieciséis..., es decir, si la cita era para asistir a las funciones escolares, y eso era, tal vez, dos veces al año... mi madre fue un completo fracaso como madre... ninguno de nosotros jamás ha sido arrestado, ni se ha divorciado, o ha golpeado a su cónyuge. Cada uno de mis hermanos ha cumplido militarmente con su país... y, ¿A quién debemos culpar por esta manera tan terrible en que resultamos?... tienen razón: ¡ A nuestra madre cruel ! miren todas las cosas que hemos perdido:... nunca pudimos participar en una marcha de protesta, ni en un motín, ni eludir obligaciones, y un millón de cosas que nuestros amigos hicieron... ella nos forzó a crecer y llegar a ser adultos temerosos de Dios, educados y honestos... usando todo esto como fondo, yo estoy procurando criar a mis tres hijos.

Me paro un poco más erguida y me lleno de orgullo cuando mis hijos me dicen "mala"... porque, como ven, yo doy gracias a Dios...

¡El me dio la madre más mala del mundo!.

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