martes, 9 de septiembre de 2008

AGUSTÍN LARA




Agustín Lara, el artista que entre sus 700 u 800 canciones tuvo como eje la mujer, que veneró a su madre, quien siempre lo protegió, fue un desencanto para su padre, Joaquín Lara, el médico militar que hubiese deseado tener un hijo más fuerte y apuesto. Este episodio de su vida propició una obra de teatro: Huérfano de besos.

Puesta en escena por Adalberto Parra, retrata a un padre autoritario: don Joaquín, quien grita: "¡Todo me sale mal desde que nació este maldito chamaco!", al tiempo que reclama a su esposa: "¿Cuándo vas a dejar de vestirlo así? Ya tiene bastante con ser tan feo". La escena presenta a Lara niño, con pantalón corto y de tirantes, corbata de moño mientras su padre, corpulento, se abrocha un saco militar.

Hay una escena en que la agresión al hijo se materializa cuando le dice: "Y tú, mocoso... ¿qué no te ves en el espejo? Contéstame, animal. ¿No me oyes?". El padre lo obliga a ponerse de espaldas y le pega con un sable en las nalgas y el niño se desploma.

La nana lo levanta y la madre, que intenta abrazarlo, es detenida por el padre quien continúa con los reclamos: "¡Anda... apapáchalo tú también, a este escuincle hay que darle duro para que al menos crezca inteligente!".

Esta parte retratada en la obra es quizá poco conocida en las versiones que se han difundido sobre su vida. Una de sus esposas, Angelina Bruschetta asegura que Agustín Lara dominó el francés desde antes de visitar Francia, porque se educó en el Liceo Fournier. Relata que la mamá del pianista, María Aguirre del Pino, fue maestra. El reportero de Contenido, Javier Ramos Malzárraga se refiere a Joaquín M. Lara como un médico próspero, muy apreciado en el círculo de las familias porfirianas elegantes y con una extendida clientela rica. Dice que el matrimonio Lara-Aguirre gustaba lucir a sus tres hijos bien vestidos y educados. Describe el ambiente de ese hogar como afrancesado, a la moda de la época, y sostiene que esa característica persistió en el compositor a lo largo de su vida como una influencia demoledora.

Describe a Agustín a sus 12 años como un niño popis y muy chocante al que insistían para que tocara el piano, que lo hacía con agilidad, pero escasa técnica. Ante la maestra de solfeo Luz Torres Torrija y el maestro Ricardo Castro, autor del vals Capricho, Agustín era un rebelde, además de perezoso que desdeñó la técnica y huyó de sus maestros para descubrir por sí mismo los secretos del piano. "Nací tocando el piano, sabía cómo sacarle melodías y por eso me rebelé a las torturas de un aprendizaje monótono y esclavizante", explicaría Lara años después.

Ramos relata que las fricciones entre padre e hijo se intensificaron. La madre había muerto y no había quién mediara. Don Joaquín intentó domar al muchacho. Agustín se dolería siempre de la inflexibilidad de "mi padre el médico".

Agustín abandonó las aulas de una escuela militarizada. Decidió irse a la bola, con los Dorados de Pancho Villa. El padre, porfirista, rompió definitivamente con él. No soportó la vida de guerrillero. Poco después de haberse enlistado fue despedido y advertido de que ese oficio no era para él.

Se empleó en diversos lugares y fue famoso en casas de mala nota como El Cinco Negro, La Margarita, La Lola y La Francis.

Composición sin piano

Una de sus esposas -Angelina Bruschetta- relata que Mujer vio la luz, una noche de Reyes y que la compuso sin piano.

Estaban recién casados, se había cumplido el mes de alquiler. "No teníamos siquiera papel para escribir, y en una tapa de caja de zapatos empezó a escribir Mujer, pero con un procedimiento muy curioso: con la mano izquierda hacía como que tocaba el piano, con la derecha escribía la letra y con los pies llevaba el ritmo. No sé qué sombra de misterio lo rodeaba y lo hacía atractivo al elemento femenino, tal vez su palabra fácil y acariciante o su mirada triste y angustiada" dijo.

Casado a los 20 años con Esther Rivas Elorriaga, dos años mayor que él, tuvieron un varón que murió horas después nacido. En 1943 -cuando tenía más de 40 años- se unió a Raquel Díaz de León, de 16 años, quien se embarazó de Agustín pero sabiendo que en ese tiempo, enamoraba también a María Félix. Raquel prefirió abortar, hecho que el poeta nunca perdonó.

En su sexto matrimonio, registró al hijo de Yolanda Santacruz Gasca, como Gerardo Agustín Lara Santacruz. Años después, durante su romance con la bailarina Vianey Lárraga, registró con su apellido al hijo de ella.

Cuentan que el Panteón Dolores, ha sido testigo de escenas de llanto y discusiones entre las mujeres que tuvieron amores con el poeta.

La verdad es que no acababa de enamorar a una, cuando ya estaba conquistando a otra. De diversas edades, clases sociales y estado civil. Lara las seducía, para después hacerles escenas de celos o ser víctima de los que en ellas inspiraba.

Relata Pepe, un primo de las hermanas Aguila, que conoció a Agustín Lara porque era copropietario de una flotilla de taxis y salvó al poeta de "un problema delicado". Agustín tenía relaciones amorosas con la esposa de un personaje influyente y éste, después de localizar el edificio donde estaban los tórtolos, sitió el lugar: cortó el agua y la luz e impidió que les llevaran alimentos. ¡Una operación militar para desalojarlos, y seguramente capturarlos! Pepe tuvo la idea de sacar al maestro disfrazado de mujer con las ropas de una sirvienta que se prestó a la maniobra, el plan fructificó y cuando quedó a salvo, el maestro le dijo: "¿Cómo puedo pagarle este favor?". Pidió que conociera a sus primas que deseaban cantar profesionalmente, Esperanza y María Paz.

Casado con María Félix en 1945, le hacía escenas de celos a pesar de que él conquistaba a una bailarina del Teatro Lírico, Clarita Martínez. Cuando La Doña se enteró hizo un envoltorio con los trajes del maestro y se los envió al camerino, no sin antes decirle en una nota que le devolviera las sábanas que había comprado en París. Vivía con Clarita Martínez, cuando inició la conquista con uno de sus grandes y prolongados amores, Yolanda Gasca, su sexta esposa, 40 años más joven que él, con quien vivió nueve años y quien habla de su vida con el artista como una suerte.

"Mi vida con un genio" se títula el capítulo donde YiYi, como él le llamaba, narra su vida con el poeta. "Yo sabía que era mujer, pero él me enseñó lo que significa serlo y mi cuerpo cobró conciencia de sí mismo. Viví a su lado satisfecha y tranquila: lo admiraba, lo quería".

David Rodríguez Verdugillo, asistente personal durante 30 años de Agustín Lara asegura que es a la mujer que más amó. "Por fin tenía un matrimonio. Se le veía muy enamorado. Por fin tenía un hogar, un bebito y una vida tranquila: pasaba horas apacibles en su biblioteca, o en el banquillo de piano, inspirado, satisfecho... En una palabra, feliz".

Sin embargo, ella decidió marcharse, en el relato asegura que una noche se acostó pero no pudo dormir, se pasó la noche llorando "es que hay ocasiones en que no sabes lo que quieres, pero si lo que no quieres. Pensando así, concluyó mi duda. No quería seguir con Agustín".

Los dos últimos años de su vida los pasó solo, con sus recuerdos. Su ayudante platica que no recibió visitas. Las dos últimas Navidades las pasó con ellos "en compañía de mi esposa, mis hijos y mi madre, sin importarle nuestra humilde procedencia. Incontables personas pasaron por su vida, pero ninguna estuvo a su lado como yo, durante 30 años", concluye en su relato.

Según Raymundo Ramos, Agustín Lara decía: " No todas las mujeres reaccionan igual cuando están celosas: Unas lloran, otras esperan y otras atacan. Estrella me atacó". Mala estrella la de aquella noche: con el filo de una navaja o con la corona de vidrio de una botella rota lo dejó marcado para siempre, un mal cirujano acabó de consumar el atentado.


Más datos sobre Agustin Lara:



  • El 6 de noviembre de 1970 muere el fecundo compositor de populares canciones, entre las que se recuerdan "Granada", "Madrid", "Valencia", "Murcia", "Sevilla", "Mujer", "Farolito", "Por qué ya no me quieres", "Pecadora", "Veracruz", "Noche criolla", "Oración Caribe", "Por qué negar", "María Bonita" y muchas más que hacen una lista verdaderamente interminable.

  • Ninguno de sus biógrafos pudo confirmar el lugar de nacimiento de Agustín Lara, sin embargo, el propio compositor obtiene en 1945, su acta definitiva de nacimiento en Tlacotalpán, Veracruz, para sentirse plenamente identificado como "el jarocho y trovador de veras"; pero en honor a la verdad en ese lugar transcurre el inicio de su infancia y posteriormente la familia se traslada a la capital de la república mexicana.

  • Agustín Lara nació el 30 de octubre de 1900, siendo sus padres el doctor Joaquín Lara y señora María Aguirre del Pino. De pequeño inicia sus estudios al lado de su tía, que era directora de un centro educativo en el sector de Coyoacán, en la capital mexicana; aprende a ejecutar un viejo armonio y se aficiona por la música y con mucha facilidad ejecuta melodías populares de esa época, también improvisa y realiza singulares melodías.

  • Agustín Lara trabajó muy joven como pianista en una "casa de citas" del Distrito Federal y fue en ese lugar donde compuso la canción titulada "Rosa". Su fama se extiende y realiza giras por toda la República acompañando al "Tenor de la voz de seda" Juan Arvizú. En la década de los veinte, Agustín Lara ya tenía compuestas un buen número de canciones y buscaba intérpretes.

  • En el año de 1929, era muy famosa la cantante Maruca Pérez quien se convierte en intérprete de Agustín Lara, presentándose en teatros y espectáculos donde también cantaban las canciones de Lara, el Trío Garnica Ascencio y Juan Arvizú.

  • Resulta que el 18 de septiembre de 1930 se había inaugurado la XEW La Voz de América Latina desde México, su fundador don Emilio Azcárraga Vidaurreta, al fundar la empresa que hoy se identifica como TELEVISA, le ofrece al músico y poeta que ejecutara su piano en el programa "La Hora Intima"; compromiso que fue todo un reto para Lara ya que se había comprometido con Don Emilio, a estrenar una canción diariamente, cumpliendo al pie de la letra lo ofrecido.

  • Le pidió a don Emilio un estudio exclusivo, totalmente privado, piano negro de cola y bien afinado, un mantón de manila de adorno para colocar sobre él, un florero con rosas frescas todos los días y una botella de cognac, confortable para sus visitas.

  • Durante su visita a Nicaratgua, fue recibido en casa de Lolita Soriano y su esposo el Dr. Julián N. Guerrero; cuenta Lolita que todas las tardes llegaba Agustín a pasar unas horas con ellos, disfrutando de las finas atenciones de los esposos Guerrero Soriano.

  • La mujer fue siempre su máxima obsesión de Agustín Lara, quien fue un romántico con seis diferentes matrimonios, sin contar las uniones libres y no tomando en cuenta un matrimonio en la adolescencia que aseguran en Tlatlauqui, Puebla, con una noviecita llamada María Rivas, quien se embarazó y fue necesario el matrimonio, pero se dijo que el bebé nació muerto y de inmediato ocurrió la separación.

  • Matrimonios: Con Carmen "La Chata" Zozaya, María Félix, Clarita Martínez, Yolanda Gasca, Rocío Durán y Vianey Lárraga, con esta última adoptó al jovencito cuyo nombre actual es Agustín Lara Lárraga. Con Yolanda Gasca duró ocho años de matrimonio y ella asegura que nació en ese período su hijo Gerardo Lara Gasca.

  • Interpretes favoritos: Pedro Vargas, el Tenor Continental de las Américas, Toña La Negra, Elvira Ríos, Rebeca y Carmen Rey; junto a sus favoritos intérpretes actuó en varias películas el inolvidable "Músico y poeta" quien fue bautizado así por el locutor mexicano Pedro de Lille.

  • El 6 de noviembre de cada año se llevan a efecto varios actos para recordarlo; entre los de mayor importancia son los programados por la Sociedad de Autores y Compositores de Música que a partir de las once de la mañana realizan en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en el Cementerio de Dolores, donde reposan los restos del fecundo compositor. El programa a desarrollar es en alto grado emotivo, ya que ahí se reúnen compañeros artistas, compositores, músicos y pueblo en general para recordar con nostalgia al compositor de "Farolito", "Rival" y muchas más.


Agustín Lara, fue uno de los mayores rompecorazones de México en el siglo XX pese a no ser apuesto, llevar dentadura postiza y mostrar una gran cicatriz en su cara, lo que sólo ayudó a acrecentar los misterios de su vida.


Lara, un conquistador nato, cantó a la mujer y al romanticismo, era un poco utilitario con las mujeres, ya que éstas se convertían en una continuidad de él. Eran inteligentes y sensibles, pero a Lara le encantaba ser pigmalión, transformarlas. Las recibía metafóricamente en bruto y él las pulía, las corregía, enseñándoles desde moda a modales.


Era un hombre muy infiel, básicamente infiel, pero cuando estaba ahí, estaba al cien por cien. Cuando tenía su pareja la hacía sentir como la única mujer del mundo, las llenaba de regalos, las amaba, les cantaba al oído, hacía el amor con ellas de una forma apasionada porque era un amante espléndido, pero a la vez podía ser muy evasivo, incluso se casaba sabiendo que ese matrimonio no contaba porque seguía casado con alguna otra mujer.


Una vez muerto Lara, cuando algunas de sus viudas fueron a reclamar la herencia, descubrieron que sus matrimonios eran falsos y que el compositor había contratado actores para hacer de juez o sacerdote. También a la actriz mexicana María Félix, considerada una de las mujeres más bellas de su época, la tuvo sólo como trofeo, ya que acrecentaba su hombría salir con ella.


El escritor de María Bonita llenó su vida de sombras para convertirse en leyenda, cómo el misterio de su nacimiento. La versión oficial que siempre sostuvo Lara, fue que nació el 30 de octubre de 1900, en Tlacotalpan, en el estado de Veracruz, y sin embargo Guadalupe Loaeza y Pável Granados, escritores de Mi novia, la tristeza, una biografía del artista, tras una década de investigación, indicaron que fue en la capital mexicana tres años antes.


Era parte de su encanto, quitarse años, dónde nació realmente, si estaba casado o no y con quién, qué pasó desde su nacimiento hasta 1928, y muchas más. Datos que no se han podido confirmar, como si trabajó en prostíbulos, si fue a un colegio militar, si su padre lo echó de casa, o si luchó con Pancho Villa en la revolución mexicana, por destacar algunos hechos de los que se jactaba.


Lara cada vez relataba una historia diferente sobre cómo se hizo la cicatriz, lo que le dio aún más fama. Según los investigadores, se la hizo una prostituta enamorada de él en un ataque de celos con una navaja de barbero, arrancándole media encía superior con los dientes y la mejilla izquierda. De ahí el gesto torcido característico de Lara, ya que la dentadura postiza que llevaba no se sostenía sola.


La vida de Lara nunca eclipsó su obra, se valía de su leyenda para sostenerla, que es diferente.


La tormentosa relación sentimental entre el compositor Agustín Lara y la actriz María Félix es abordada en Mi Novia la Tristeza.Basado en cartas de amor, textos periodísticos y bibliográficos, el libro reconstruye el romance y los años de vida matrimonial (de 1945 a 1948) de esta pareja que aún sigue siendo emblemática en la cultura popular. El libro publica una anécdota donde dice que Félix le rogó.


Desde la primera cita con el trovador, justo cuando se estrenó la película ‘Doña Bárbara’, María se dio a la tarea de conquistar a Agustín, aunque, ciertamente, sin ninguna objeción por parte de él... a los pocos meses ya se miraba a la actriz salir todas las mañanas vestida de lo más elegante de la casa del compositor en la calle de Galileo 37, en Polanco.


Los periodistas no dejaban de seguirlos: el mejor compositor de México y la actriz más bella del mundo juntos eran la fórmula inmejorable para la fama mutua.


Pero Agustín aún no había terminado su romance con Raquel Díaz de León, una bella joven tapatía de familia conservadora que terminó trabajando en la casa de citas de La Bandida, en la colonia Condesa, donde la conoció el compositor.


Lara llevaba a su casa de Galileo tanto a Raquel como a María. Una noche que estaba con la primera, después de una terrible pelea con la actriz, ésta se presentó y empezó a tocar. Nadie le abría.


La Félix, con todo y sus zapatos de tacón, saltó la reja de la calle y se dirigió a grandes pasos a la recámara de Agustín. Apenas le dio tiempo de salir corriendo al pasillo en bata para detenerla. Mientras Raquel esperaba en la cama. Desde allí, con la puerta entreabierta de la habitación, escuchó y vio a María, de rodillas, suplicándole al compositor: "Por favor, Agustín, no me dejes. Perdóname, voy a obedecer en todo lo que tú me digas". Lara le contestó: "María, no quiero que hagas estas escenas. Levántate del piso, voy a llevarte a tu casa".

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