domingo, 21 de septiembre de 2008

UN ÁNGEL


Un pequeño que aún no había nacido
le dijo a Dios:

me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra,
pero ¿cómo voy a vivir allá tan pequeño y débil que soy?.

Entre los muchos ángeles
escogí a uno que te espera,
el te protegerá.

Le respondió el Señor.

Pero dime; aquí en el cielo no hay más que cantar y sonreír,
eso basta para mi felicidad,
¿podré hacerlo allá?.

El ángel que allá te espera
cantará para ti todos los días
y tú te sentirás feliz con sus canciones y sonrisas.

¿Y Cómo entenderé cuando me hable
si no conozco el idioma extraño
con que se comunican los hombres?.

El ángel te hablará
con las palabras más dulces y tiernas
que escuchan los oídos humanos... él te enseñara.

Pero... ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?.

El ángel juntará tus pequeñas manos y te enseñará una oración.

He oído que en la tierra hay hombres malos,
¿quién me defenderá?.

El ángel de quien te hablé te defenderá,
aunque le cueste la vida.

Pero estaré triste porque no te veré más,
Señor, sin verte me sentiré muy solo.

El ángel te hablará de mi siempre,
y te mostrará el camino para volver a mi presencia.

Dulcemente le respondió Dios.

En ese momento todo quedo en silencio
no se escuchó otra cosa que los cantos del cielo
y la voz del pequeño que preguntó temeroso:

Dime ¿Quién es el ángel, Señor?.

Ese ángel hijo mío, es tu Madre.

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