viernes, 19 de septiembre de 2008

19 DE SEPTIEMBRE: TERREMOTO DEL 85


El terremoto del jueves 19 de septiembre de 1985, conocido como el Terremoto de México de 1985, afectó en la zona centro, sur y occidente de México y ha sido el más significativo y mortífero de la historia escrita de dicho país. El Distrito Federal, la capital del país, fue la que resultó más afectada. Cabe remarcar que la réplica del viernes 20 de septiembre de 1985 tuvo gran repercusión para la Ciudad de México.

Este fenómeno sismológico se suscitó a las 7:19 a.m. Tiempo del Centro (13:19 UTC) con una magnitud de 8.1 grados en la escala de Richter, cuya duración aproximada fue de poco más de dos minutos, superando en intensidad y en daños al terremoto registrado el 28 de julio de 1957 también en la Ciudad de México.

El epicentro se localizó en el Océano Pacífico, frente a las costas del estado de Michoacán, muy cerca del puerto de Lázaro Cárdenas. Un informe del Instituto de Geofísica en colaboración con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México publicado el 25 de septiembre de 1985, detalla más aún que el epicentro fue localizado frente a la desembocadura del Río Balsas localizada entre los límites del estado de Michoacán y Guerrero a las 7:17:48 a.m. alcanzando la Ciudad de México a las 07:19 a.m. con una magnitud de 8.1 grados según la escala de Richter. Fue de un sismo combinado de movimiento trepidatorio y oscilatorio a la vez. La ruptura o falla que produjo el sismo se localizo en la llamada Brecha de Michoacán, conocida asi por su notable, hasta ese momento, carencia de actividad sísmica.

Una de las diversas apreciaciones en cuanto a la energía que se liberó en dicho movimiento fue su equivalente a 1,114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una.


Ciudad de México, Distrito Federal

Nunca se ha sabido un número exacto de víctimas debido a la censura impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid. La ayuda internacional fue rechazada en un inicio por el presidente Miguel de la Madrid, pero, al ver sobrepasada las capacidades del gobierno, éste decidió aceptarla. Años después se hicieron las siguientes apreciaciones al respecto:



  • Muertes: el gobierno reportó el fallecimiento de entre 6 y 7 mil personas e incluso llegó a suponer que la suma final fue de 10 mil. Sin embargo, años después con la apertura de información de varias fuentes el registro aproximado se calculó en 35 mil muertos aunque hay fuentes que aseguran que la cifra rebasó los 40 mil muertos. El estadio de béisbol del Seguro Social se usó para acomodar y reconocer cadáveres. Se utilizaba hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.

  • Las personas rescatadas con vida de los escombros fueron aproximadamente más de 4 mil. Hubo gente que fue rescatada viva entre los derrumbes hasta diez días después de ocurrido el primer sismo.

  • El número de estructuras destruidas en su totalidad aproximadamente fue de 30 mil y aquellas con daños parciales 68 mil.

  • La Torre Latinoamericana fue un caso excepcional de ingeniería pues este terremoto no le causó daño alguno.

Entre los edificios más emblemáticos derrumbados o parcialmente destruidos durante el terremoto fueron:



  • El edificio "Nuevo León" del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco

  • Los edificios A1, B2 y C3 del Multifamiliar Juárez

  • Televicentro (actualmente Televisa Chapultepec)

  • Los Televiteatros (actualmente Centro Cultural Telmex)

  • Una de las Torres del Conjunto Pino Suarez de más de 20 pisos que albergaba oficinas del Gobierno

  • Los lujosos Hoteles Regis, D´Carlo y del Prado ubicados en la zona de la Alameda Central

  • Varias fabricas de costura en San Antonio Abad (en la cual murieron muchas costureras)

  • Así mismo se cuentan hospitales como el Hospital Juárez, Hospital General y Centro Médico Nacional donde se llegó a rescatar a poco más de 2.000 personas a pesar de que en el derrumbe quedaron atrapados tanto el personal como los pacientes que se encontraban en ellos.

Es remarcable el hecho de que en los hospitales que se derrumbaron, una parte de los recién nacidos algunos de ellos en incubadora, se lograron rescatar. En especial tres recién nacidos (dos niñas y un niño) que fueron rescatados de los escombros del Hospital Juarez siete días después del terremoto. A esos bebes se les llegó a conocer como "Los Niños/Bebes del Milagro", o "El Milagro del Hospital Juarez"; la razón de este sobrenombre fue que en los siete días que estuvieron bajo los escombros, los bebes estuvieron completamente solos, no hubo nadie que les diera de comer o beber, nadie que los cubriera y les diera calor, y a pesar de tener todo en contra, los tres salieron vivos. Se recuerda que al momento de sacar al primer bebe (una niña), todos los rescatistas y trabajadores pararon e incluso apagaron toda la maquinaria a la espera del llanto del bebe, que vino unos instantes después, corroborando que se encontraba con vida.
Como consecuencia, 12 de los edificios multifamiliares del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco y 9 del Multifamiliar Juárez tuvieron que demolerse, en los 6 meses siguientes, se demolieron más de 152 edificios en toda la ciudad. Se recogieron 2 millones 388 mil 144 m³ de escombros; tan sólo para despejar 103 vías consideradas prioritarias se retiraron un millón 500 mil t de escombros (110 mil 600 viajes de camiones de volteo).



  • Más de un millón usuarios del servicio eléctrico quedaron sin servicio, y a los tres días del suceso sólo se había restablecido el 38% de éste. Entre los daños a este servicio se cuentan 1,300 transformadores, 5 líneas de transmisión, 8 subestaciones y 600 postes de luz.

  • El Sistema de Transporte Colectivo Metro quedó afectado en 32 estaciones. La mayoría reanudó el servicio en los días subsecuentes de ese mes, sin embargo la estación Isabel la Católica no lo hizo sino hasta el 4 de noviembre.

  • El servicio de autobuses de la antigua "Ruta 100" operó gratuitamente en el tiempo de recuperación de la ciudad.

  • El servicio de telefonía pública de la entonces empresa estatal Telmex fue gratuito hasta su privatización en los años 90's.

  • Las alertas de sanidad se dispararon, siendo una de las más trascendentes la de que había pruebas de la existencia de sangre (proveniente de las víctimas del sismo) en el agua potable de toda la red de la ciudad.

  • Hubo escasez de agua reportando averías en el Acueducto Sur Oriente con 28 fracturas, la red primaria con 167 fugas y la red secundaria con 7 mil 229 fugas. Drenaje afectado: Río La Piedad, 6 mil 500 metros afectados; en menor grado, el Río Churubusco. Filtraciones de la lumbrera 9 a la 14 del Emisor Central y en 300 metros del Interceptor Centro-Poniente.

  • Más de 516 mil m² de la carpeta asfáltica de las calles resultaron afectados por fracturas, grietas y hundimientos (equivalentes a más de 80 kilómetros de una carretera de un carril). Los rieles del antiguo tranvía en la colonia Roma, se salieron del asfalto. También quedaron destruidos o afectados más de 85 mil m² de banquetas (algo así como 12 canchas del tamaño del Estadio Azteca), más sus respectivas guarniciones (37 mil 744 m).

  • Era imposible la comunicación exterior vía teléfono pues fue seriamente dañada su estructura. No fue sino hasta marzo de 1986 que se restableció en su totalidad el servicio de larga distancia nacional e internacional. Debido a esto, el número de telegramas y telex sumo 685 mil 466, mientras que los comunicados por radio y televisión fueron más de 39 mil.

  • El número de empleos perdidos por los sismos se estima entre 150 y 200 mil.[5]
    Se crea la agrupación civil "Brigada de Rescate Topos Tlatelolco", grupo de rescate que ha auxiliado a la población incluso a nivel internacional llegando en la actualidad a participar en las labores de rescate del Terremoto del Océano Índico de 2004, fenómeno que generó una ola gigante conocida como tsunami.

Se presentaron varias réplicas del fenómeno, siendo la más significativa la del día siguiente (20 de septiembre de 1985) a las 07:38 pm con una magnitud de 7.9 grados en la escala de Richter, causando daños materiales sobre construcciones dañadas previamente por efecto del primer sismo. Cabe destacar que esta réplica fue la que causó el mayor daño estructural al sacudir construcciones endebles.

Todos los edificios colapsados presentaban estructuras inadecuadas para terrenos arcillosos, principalmente a causa de la corrupción y la mala planeación, pues la mayoría de los edificios colapsados eran de reciente construcción, la negligencia del gobierno fue el principal culpable del enorme número de muertos, mientras que estructuras muy antiguas y adecuadas al tipo del terreno arcilloso soportaron el sismo, tales como la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y el Palacio Nacional (que datan de la época colonial), los cuales soportaron el terremoto por tener gruesas paredes de piedra y ladrillo. A pesar de que los peritajes mostraron que la mayoría de los edificios caídos tenían especificaciones inferiores a las exigidas en los contratos, nadie fue declarado culpable. Particularmente grave fue el caso de la constructora estatal encargada de la construcción de escuelas, cuyos directivos quedaron impunes, pese al número elevado de escuelas primarias destruidas y escolares que resultaron muertos.

De inmediato la población civil se organizó improvisando estaciones de auxilio y la gente que podía donaba artículos y contribuía como le fue posible al esfuerzo de recuperación; esto incluyó mover piedras a mano, regalar linternas, cascos de protección, etcétera. Automóviles civiles se tornaron en vehículos de auxilio. Líneas de personas movían medicamentos para ser inspeccionados para después ser suministrados. Las primeras acciones organizadas fueron realizadas por los grupos scouts de las localidades afectadas, mismas que fueron sostenidas durante varios meses con la atención de damnificados. Cruces dibujadas con un color rojo sobre papel eran suficientes para identificar personal o locales de auxilio. Fue notoria la ausencia de una respuesta inmediata y coordinada de parte del gobierno de Miguel de la Madrid. El propio presidente demoró tres días en dirigirse a la nación y tomó otro tanto en comprender la magnitud de la desgracia. Debido a la ausencia y demora de acción por parte del gobierno federal, la población civil tomó en sus manos las labores de rescate. Eso implicó la auto-organización de brigadas, reforzadas especialmente por estudiantes de las carreras de medicina, ingeniería y ciencias, principalmente. La UNAM, a pesar de no haberse visto afectada directamente, cerró sus puertas una semana suspendiendo clases para que los universitarios que así lo desearan pudieran integrase a las brigadas de rescate y ayuda. Fue notable también el hecho de que la policía y el ejército demoraron en hacer presencia y su labor inicial se limitó a "resguardar" los edificios destruidos; versiones extraoficiales indican que la mayor parte del material de ayuda proveniente de diversos países, como son: víveres, ropa, equipos de auxilio, material de primeros auxilios, casas de campaña con capacidades para instalar 50 personas, equipos de supervivencia, potabilizadores de agua y diversos materiales más que llegaron en aviones de las diferentes fuerzas aéreas de los países que las enviaron, ya que fueron acaparadas por miembros del gobierno de Miguel de la Madrid y no fueron entregados a los socorristas de la Cruz Roja Mexicana o a la población en general que estaba debidamente organizada.

El terremoto también causó una reacción cultural como el poema “Las Ruinas de México (Elegía del Retorno)” por el poeta José Emilio Pacheco y la crónica Nada, Nadie por la escritora Elena Poniatowska. Puede ser que Poniatowska y Pacheco son dos de los escritores más influenciales en sus esferas literarias y también son bien conocidos en México. Las obras de los dos ya fueron reconocidas con muchos premios prestigiosos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes (Lingüística y Literatura) (2002, Poniatowska) y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2004, Pacheco).

Nada, Nadie es una colección de los testimonios de muchas personas que presenciaron el terremoto y sus secuelas. Poniatowska recopiló los testimonios de los periódicos, de los discursos oficiales del gobierno, y más importante de unas entrevistas con la gente. En Nada, Nadie, ella crea un espacio donde la gente misma puede hablar y recordar y dar la memoria. La gente hablaba sobre el esfuerzo de los civiles para rescatar las personas sepultadas vivas y muertas, sobre la familia que perdió, sobre la experiencia de ser sepultado.

En “Las Ruinas de México (Elegía del Retorno),” Pacheco explora la significancia de la vida, la grandeza de la naturaleza contra la civilización, y la corrupción de la política como resulto de su experiencia del terremoto.

Estas dos reacciones culturales al desastre son diferentes pero ambos tienen el poder para provocar un discurso y sostener la memoria. El lector puede sentir y entender las emociones de los sobrevivientes en el esfuerzo de las palabras de Pacheco. Los testigos oculares dan la credibilidad al mensaje de Poniatowska y también llegan tanta emoción que es difícil no sentirse exactamente que los sentimientos que la gente expresa.

Personajes famosos muertos durante el sismo



  • Rockdrigo - Músico de rock urbano.

  • Frederik Vanmelle - Actor y director de teatro.

  • Gustavo Armando "El Conde" Calderón - Locutor y conductor del programa de radio: "Batas, pijamas y pantuflas".

  • Sergio Rod - Locutor y conductor del programa de radio: "Batas, pijamas y pantuflas".

  • Félix Sordo - Locutor de la XEW y conductor de Televisa.

1 comentario:

Catalina dijo...

Felicidades por tu blogdel terremoto del '85.