Samhain, del gaélico escocés "Samhuinn". Los druidas sólo reconocían dos estaciones: invierno (oscura) y verano (iluminada). El año empezaba el 1 de noviembre en invierno, con la fiesta del Samhain, que significa literalmente "fin del verano". La fiesta de la llegada del verano era "Beltane", el 1 de mayo. "Samhain" era el Señor de la Oscuridad y reinaba en las largas noches de invierno. Los druidas creían que en la noche del 31 de octubre, los muertos se levantarían y buscarían la puerta hacia el Otro Mundo, pues en esta fecha la distancia entre los dos mundos era mínima. El Señor Samhain rondaba en tal ocasión por toda la Tierra en busca de almas para capturarlas y llevarlas a su mundo de oscuridad. Por eso, aún hoy, se siguen poniendo luces en las ventanas para guiar a los muertos y ahuyentar a Samhain.
La fiesta de Samhain era una celebración pagana y con la llegada del cristianismo se cambió la fiesta católica "Hallowmas" (Día de Todos los Santos) del 13 de mayo al 1 de noviembre para hacerla coincidir con la festividad pagana y así eliminar esta última, aunque se acabaron mezclando. Por tanto, la víspera de "Hallowmas" pasó a se conocida como "(All) Hallows eve" y de ahí derivó "Halloween".
Así pues, la primitiva celebración del Samhain se convirtió en Halloween y sus ritos evolucionaron. Antiguamente se encendían grandes hogueras, se hacían ofrendas y se esparcían las cenizas de las hogueras en los campos para protegerlos durante el invierno. Luego, la fiesta se exportó a los Estados Unidos, donde es habitual que los niños salgan de noche disfrazados de brujas y monstruos a pedir golosinas por las casas mediante el "trick or treat". A quienes no den golosinas (treat), se les echará un conjuro (trick). Actualmente, todavía se encienden hogueras en muchos lugares de las islas británicas.
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