sábado, 3 de enero de 2009

BOCCA DELLA VERITÀ


La Boca de la verdad (en italiano: Bocca della Verità) es una antigua máscara de mármol pavonazzetto, colocado en la pared del pronaos de la Iglesia de Santa María de Cosmedin en Roma el año 1632.

La escultura, datable alrededor del siglo I, tiene un diámetro de 1,75 metros y representa un rostro masculino con barba en el cual los ojos, la nariz y la boca están perforados y huecos.

Tampoco se tiene certeza acerca de su utilidad antigua: si era una fuente o parte de un impluvium o incluso una cloaca (hipótesis surgida a raíz de su cercanía a la Cloaca Maxima).

En cambio, se sabe que la máscara goza de fama antigua y legendaria: se presume que este sea el objeto mencionado en el siglo XI en los Mirabilia Urbis Romae, donde se dice:

Junto a la Iglesia de Santa María de la Fontana se encuentra el templo de Fauno. Esta imagen habló a Juliano, el emperador conocido como "el apóstata" y lo engañó.

Un texto alemán del siglo XII describe detalladamente cómo, desde detrás de la boca, el diablo −autodenominándose Mercurio (que a la sazón era protector de los comercios y de los embrollos)− agarró un largo rato la mano de Juliano el Apóstata (que había engañado a una mujer y ante aquel ídolo debía jurar su buena fe), prometiéndole lavar su reputación y una gran fortuna si volvía al antiguo esplendor del paganismo.

En otra leyenda alemana de dos siglos después, encontramos la imagen que no osa morder la mano de una emperatriz romana que −aun cuando efectivamente había cometido adulterio− la engañó con un artificio lógico.

Un hombre romano acusaba a su mujer de cometer adulterio y la mujer obviamente negaba las acusaciones, por lo que su esposo decidió someterla a una prueba con la Boca de la Verdad.

La mujer sabía que mentía y que perdería su mano por lo que planeó una estrategía muy inteligente: un día, en un lugar muy concurrido, el hombre que era su amante se acercó a ella y la besó profundamente, ella fingió que no lo conocía y armó toda una escena donde se mostraba sumamente molesta por lo sucedido.

Su estrategia dió resultado pues el día en que pusó su mano en la Boca de la Verdad, ella afirmó que jamás había besado a otro hombre que no fuera su esposo y el sujeto que la besó unos días atrás. Ciertamente no estaba mintiendo y su mano se salvó.

En el siglo XV algunos viajeros italianos y alemanes recuerdan con cierta credulidad que esta piedra “es llamada piedra de la verdad, pues antiguamente tenía la virtud de mostrar cuándo una mujer ha fallado a su marido”.

El nombre boca de la verdad aparece en el año 1485, y la escultura aparece mencionada desde entonces entre las curiosidades de Roma, y ha sido reproducida en dibujos y postales. A partir de estos, se sabe que al inicio estaba fuera del pórtico de la iglesia y que fue trasladada tras las restauraciones solicitadas por Urbano VIII en el año 1631.

Existe en Roma la Plaza de la Bocca della Verità, que era donde anteriormente se ubicaba la máscara de marmol, antes de ser trasladada a la pared del pronaos de la Iglesia de Santa María de Cosmedin en 1632.

En la película Vacaciones en Roma hay una escena en la que aparece la bocca della verità. La leyenda sobre este monumento (que se explica en la película) cuenta que quien miente pierde la mano al introducirla en la boca. Así, el actor Gregory Peck, sin previo aviso a la actriz Audrey Hepburn, metió la mano y la escondió por debajo de su manga. Esto provocó el susto real de Hepburn. El director William Wyler no dudó en incluir la escena de la broma en la película al ver la reacción de Hepburn.

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