viernes, 21 de noviembre de 2008

UN IRANÍ EN LA TERMINAL AÉREA DE PARIS... 18 AÑOS


Mehran Karimi Nasseri (مهران کریمی ناصری; nacido 1942 en Masjed Soleyman, Irán), también conocido como Sir Alfred Mehran, es un refugiado Iraní que vivió en la sala de partidas de la terminal 1 del aeropuerto Charles de Gaulle desde el 8 de agosto de 1988 hasta agosto del 2006 cuando fue hospitalizado por causas desconocidas.

Nasseri nació en el campamento de Anglo-Iranian Oil Company situado en Masjed Soleyman, Irán. Su padre era un médico Iraní que trabajaba para la compañía. Su madre era una enfermera escocesa que trabajaba en las mismas instalaciones. Llegó al Reino Unido en septiembre de 1973, para atender un curso de tres años estudiando en Yugoslavo en la universidad de Bradford.

Durante su permanencia en el Reino Unido, Nasseri participó en protestas contra Mohammed Reza Pahlavi, el Shah de Irán en 1974. Volvió a Irán el 7 de agosto de 1975 después de que los ingresos para sus costes universitarios se detuvieran. Según sus palabras, al llegar al hospital internacional de Teherán Mehrabad fue llevado directamente a la prisión de Evin por la policía secreta Iraní (S.A.V.A.K.) donde fue hecho prisionero y torturado durante cuatro meses antes de ser expulsado del país. Estos hechos no se han podido demostrar, solo se han encontrado pruebas de que Nasseri y otros 20 estudiantes fueron interrogados por las protestas contra la nueva regulación de la universidad de Teherán. No hay pruebas de prisión o tortura conectadas con ese incidente.

Al volver a Europa pidió asilo en Berlín Oeste y Países Bajos en 1977 pero fue rechazado. En 1978 pidió asilo en Francia pero fue rechazado de nuevo, más tarde también perdió la apelación. Le ocurrió lo mismo en Yugoslavia e Italia. Intentándolo en Francia por segunda vez en 1980 apelando tras ser rechazado, esta apelación fue rechazada también. Su petición de asilo fue rechazada en el Reino Unido. Nasseri fue expulsado del Reino Unido intentando llegar a Alemania del Oeste, siendo expulsado en la frontera Belga antes de ser aceptado por este país.

El 7 de octubre de 1980, su petición de asilo fue aceptada por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados en Bélgica. Nasseri vivió en Bélgica hasta 1986, cuando decidió volver a probar suerte en el Reino Unido.

En el Aeropuerto Charles de Gaulle de Francia, dijo que le habían robado y que le habían quitado su bolsa de equipaje. De alguna forma, consiguió volar hasta Heathrow, Reino Unido, pero allí los oficiales no le dejaron pasar, repitiéndose el suceso que ya una vez le ocurrió y tuvo que volver a Francia de nuevo. Al llegar al Aeropuerto Charles de Gaulle, no pudo probar su identidad o su condición de refugiado a los agentes franceses, por lo cual fue trasladado a la zona de espera, donde son destinados los pasajeros sin papeles.

Su caso fue tomado por el abogado de derechos humanos Christian Bourget, y en 1992 un tribunal Francés sentenció que Nasseri no podría ser expulsado de Francia por que había entrado el país legalmente como refugiado. Sin embargo, el tribunal no podía forzar al estado francés a dar a Nasseri condición de refugiado o permiso de transito, así que Nasseri, permaneció en estado irregular dentro del edificio de la terminal del aeropuerto.

El abogado Bourget instó al gobierno Belga a mandar los papeles originales de Nasseri. Sin embargo los oficiales encargados de los refugiados se negaron a enviarle los papeles en Francia. Aduciendo que Nasseri debía presentarse en persona para poder identificarle como el mismo hombre al que ellos habían mandado los papeles originales. Con la ley Belga un refugiado que deja voluntariamente el país no esta autorizado a volver, y por lo tanto el gobierno Belga no permitió a Nasseri a viajar de vuelta a Bélgica a reclamar los papeles. En 1995 el gobierno Belga ofreció un trato a Nasseri, quien sería autorizado a viajar a Bélgica a recuperar sus papeles de refugiado si se quedaba a vivir en Bélgica bajo la supervisión de un trabajador social. Nasseri se negó aduciendo que el no quería vivir en Bélgica sino en el Reino Unido.

En 1999, el gobierno Francés otorgo a Nasseri un permiso temporal de residencia y un pasaporte de refugiado, dándole la oportunidad de vivir en Francia y permitiéndole finalmente dejar el aeropuerto. Sin embargo, Nasseri se negó a firmar los papeles necesarios, afirmando que estos papeles no le reconocían correctamente. Su negación a firmar los papeles fue tal vez por culpa de su débil estado psicológico, pues había empezado a afirmar que no era Iraní y que no era capaz de hablar Persa. También había empezado a llamarse a si mismo “Sir, Alfred”. En algún momento había recibido una carta de las autoridades británicas que había comenzado de ese mismo modo. “Sir, Alfred…”. Y desde ese momento Nasseri afirmo que ese era su nombre oficial, coma incluida.

A lo largo de los años Nasseri se había acostumbrado a su vida en la terminal del aeropuerto. Se mantenía limpio y se levantaba a las 5 A.M. cada lunes (aproximadamente la hora a la que el aeropuerto comienza a dar la bienvenida a los pasajeros de los vuelos más tempranos) para ducharse en los baños públicos. El personal del aeropuerto a veces limpiaba su ropa para el y llegaron a donarle un sofá. Pasaba la mayor parte del día escuchando la radio, leyendo libros y escribiendo su diario. Este diario se ha convertido en su autobiografía, El hombre de la terminal, “The terminal Man”, en colaboración con el autor británico Andrew Donkin. “The terminal Man”, ha sido publicado en el Reino Unido, Alemania, Polonia, Japón y China. EL libro según “The Sunday Times” es “un libro profundamente inquietante y brillante”.

Nasseri afirmaba: “No me gasto nada más que unos cuantos euros al día. Suelo desayunar en McDonald’s y después me compro unos cuantos periódicos. El resto del dinero lo ahorro para cuando pueda abandonar este lugar” o “Llevo una especie de vida marginal, casi nadie habla conmigo. A veces llega a pasar hasta un mes entero sin que pueda conversar con nadie”.

A diferencia del personaje de La Terminal, y al menos desde 1994 Nasser no ha vivido en la zona “duty free” sino simplemente en el pabellón de salida, en la zona de tiendas y restaurantes. En la planta más baja. Nasseri podría teóricamente haber dejado la terminal en cualquier momento, sin embargo, teniendo en cuenta su historia era famoso, y no podría haber pasado desapercibido. Frecuentemente no hablaba con nadie. Con su carro y maletas casi parecía un viajero, así que la gente creía que era un viajero o simplemente un sin techo.

Consiguió guardar una estupenda dentadura (solo le faltaba un incisivo frontal) usando los kits desechables de dentífricos, cortesía de las líneas aéreas.

Lo rodeaban decenas de cajas de Lufthansa, donde guardaba sus pertenencias. Quienes lo conocían, afirmaban que era amable: “No hace daño a nadie, y todos por aquí se preocupan por él”, dijo Papa Starr, gerente del restaurante Las Palmas, cercano a donde se hallaba Nasseri.

La vida en el aeropuerto de Nasseri acabo en el 2006 cuando fue trasladado al hospital. Allí fue cuidado por la rama local de la Cruz Roja francesa del aeropuerto Charles De Gaulle, y fue acomodado durante unas semanas en un hotel cercano al aeropuerto. El lunes 6 de marzo del 2007, fue transferido al centro de recepciones Emmaus en el distrito 20 de Paris.

La vida de Nasseri inspiró una película francesa en 1993, protagonizada por Jean Rochefort. La película fue llamada “Tombés du ciel” en Francia y "Perdido en el tránsito" a nivel internacional. Alexis Kouros hizo un documental nombrado “Waiting for Godot at De Gaulle” en el 2000.

La inspiración para la película de 2004, La Terminal es clara en el personaje de Nasseri, sin embargo, no se le nombra en ningún momento durante la película.

A pesar de esto, en The Guardian indican que Nasseri recibió de parte de la compañía Dreamworks propiedad de Spielberg la cantidad de $250.000 por su historia. Se sabe que Nasseri estaba interesado acerca de la película, a pesar de que es difícil que tuviera la oportunidad de verla. Nasseri dijo: “Si, mi interés en EEUU ha aumentado por la película”.

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